La salud sexual puede ser un tema complejo y delicado, y el VIH sigue siendo una de las infecciones más estigmatizadas e incomprendidas del mundo. Si bien se han logrado avances en los últimos años en términos de comprensión y manejo del VIH, aún persisten conceptos erróneos y malentendidos sobre el virus. Uno de esos mitos es que si te entra semen en el ojo puede provocar la transmisión del VIH.
Si bien es técnicamente posible adquirir el VIH a través de la exposición al semen, las posibilidades de adquirir el VIH del semen en el ojo son increíblemente bajas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el riesgo de transmisión del VIH a través de los ojos es inferior a 1 en 10 000 exposiciones. Es decir, si bien existe un riesgo hipotético, la probabilidad de transmisión por esta vía es muy baja.
Dicho esto, sigue siendo importante comprender los riesgos potenciales asociados con la exposición al semen, así como los pasos que se pueden tomar para minimizar esos riesgos. Cuando el semen entra en contacto con las membranas mucosas del cuerpo (incluidos los ojos, la boca y los genitales), existe un riesgo teórico de transmisión del VIH. Esto se debe a que el VIH puede estar presente en el semen, así como en otros fluidos corporales como la sangre, las secreciones vaginales y la leche materna.
Sin embargo, el riesgo de transmisión del VIH a través del semen generalmente se considera bajo. El VIH no es muy eficaz para atravesar las membranas mucosas del cuerpo, que actúan como barrera contra la infección. Para que el VIH se transmita a través del ojo, el virus tendría que entrar en contacto con una membrana mucosa que tenga una ruptura en la piel u otro daño, lo que permitiría que el virus ingrese al torrente sanguíneo. Esta es una ocurrencia rara, y la mayoría de las personas que tienen semen en el ojo no desarrollarán el VIH.
Ahora bien, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de transmisión del VIH a través del semen. Por ejemplo, si la persona que proporcionó el semen es VIH positiva y no está en tratamiento antirretroviral (TAR), su carga viral (la cantidad de virus en la sangre) puede ser más alta que si estuviera en TAR. Esto podría aumentar el riesgo de transmisión si el semen entra en contacto con una membrana mucosa dañada o comprometida.
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de transmisión del VIH a través del semen incluyen otras infecciones de transmisión sexual (ITS), llagas abiertas o cortes en la membrana mucosa y la presencia de sangre en el semen (que puede ocurrir en casos raros). También vale la pena señalar que el riesgo de transmisión del VIH a través del semen es mayor para las prácticas receptivas (es decir, las que reciben el semen), que para las prácticas insertivas (es decir, las que proporcionan el semen).
Entonces, ¿qué debo hacer si me entra semen en el ojo? Si bien el riesgo de transmisión del VIH es bajo, sigue siendo una buena idea tomar precauciones para minimizar el riesgo. Si es posible, lávete el ojo con agua cocida tibia o fría (evita el agua de la llave por la cantidad de sales, cloro o bacterias de la tubería) lo antes posible después de la exposición. Esto puede ayudar a eliminar cualquier posible partícula del virus del VIH que pueda haber entrado en contacto con el ojo. También debes evitar frotarte o tocarte los ojos, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección.
Si te preocupa el riesgo de transmisión del VIH, te recomendamos hacerte la prueba del VIH en cualquiera de nuestros centros AHF Chile, es gratuita, confidencial y te damos el resultado en minutos. La prueba del VIH puede ayudarte a tranquilizarte y garantizar que recibas la atención médica necesaria si te has expuesto al virus. Es importante recordar que el VIH es una infección tratable y manejable, y hacerse la prueba y buscar atención médica puede ayudar a prevenir la transmisión a otras personas.
En conclusión, si bien el riesgo de transmisión del VIH a través del semen en el ojo es bajo, aún es importante tomar precauciones para minimizar el riesgo. Practicar sexo seguro, incluido el uso de condones, lubricantes compatibles y hacerse pruebas de detección de ITS con regularidad, puede ayudar a reducir el riesgo de adquirir el VIH.
