Ponle más lubricación para tener más diversión

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Sheila

Pensar en sexo es pensar, entre otras cosas, en humedad. La lubricación de la vagina o del pene es un mecanismo que facilita la penetración y hace que todo fluya con la mayor comodidad (aunque es verdad que no siempre funciona, por las más diversas causas). Pero en el caso del ano, no existe un proceso de lubricación natural, por lo que el sexo por esa zona requiere siempre una ayuda extra.

Sin embargo, por alguna razón, el uso de lubricantes en el sexo anal ha sido menospreciado durante mucho tiempo, como si ese aditamento no apareciera en el panorama, y como si no fuera un aliado casi indispensable del condón.

Por esto, es posible que te encuentres un día con que tu prospecto de ligue, de pareja o de sexo de una noche no quiere usar lubricante. Ya sea porque nunca lo ha usado, porque no lo tiene a la mano o porque no le parece necesario, es momento de entrar en labor de convencimiento y de explicarle los múltiples beneficios que tiene la lubricación.

No hay por qué forzar las cosas

Ya pasaron el juego previo, ambos están bien dispuestos a iniciar la penetración y de repente ¡zaz!, la “puerta” no se abre. Empujar más fuerte podría traer consecuencias como lesiones, desgarros y, en general, dolor o incomodidad.

No sientas vergüenza de proponer el lubricante, después de todo, ese producto está específicamente diseñado para eso: ayudar a cualquier objeto, juguete u órgano sexual a penetrar en un orificio que está seco.

El lubricante íntimo disminuye la fricción y reduce el riesgo de lesiones. Además, existen muchas opciones en el mercado que pueden agregar cierta variedad al sexo, como sabores, olores o sensaciones como calor, frío o “cosquilleo”. Recuérdale a tu pareja: la lubricación siempre suma y nunca está de más.

Más lubricante para que aguante

Otra de las bondades de usar esta sustancia es la facilidad que brinda para un juego más rudo, si es que les gusta así. La penetración puede ser más rápida, más enérgica o más profunda. Incluso pueden agregar juguetes de diversos tamaños según las preferencias de cada uno. Todo resbalará de forma más sencilla y placentera.

Existen algunas marcas que agregan un ligero anestésico en sus productos, lo cual puede ayudar a durar más a quien penetra, y a disminuir el dolor de quien recibe la penetración. En conjunto, la sesión de sexo puede ser tan intensa o prolongada como ustedes quieran, siempre y cuando ambos estén de acuerdo.

Recuerda que debes elegir lubricantes íntimos a base de agua o de silicona. Estos últimos son muy valorados en el sexo anal, puesto que duran más tiempo en la zona donde los aplicas y su consistencia es más fina. Y lo más importante: ninguno de estos dos tipos de lubricante daña los condones.

La lubricación protege lo que más amas

Ok, tal vez el ano no sea lo que más amas, pero tu salud sí. Usar un lubricante sexual te ayuda a proteger tu salud porque disminuye la fricción y reduce el riesgo de lesiones. Al no haber lesiones (heridas, desgarros, etcétera), se reduce la posibilidad de adquirir alguna infección de transmisión sexual (ITS).

Ya tienes dos importantes argumentos para traer el lubricante al escenario: cuida la salud sexual y amplía las posibilidades de placer hasta donde su imaginación les alcance. Por supuesto, no hay que olvidar el juego previo a la penetración, que es fundamental para que todo fluya. Incluso desde el previo es un buen momento para usar lubricante al estimular el ano o los genitales en general.

Finalmente, recuerda que tu bienestar es prioridad. La avalancha de excitación no debe nublar tu mente ni llevarte a aceptar cosas que te pueden dañar. Prescindir del lubricante para no perder esa oportunidad de sexo podría traerte más daños que beneficios. Mejor no te arriesgues, probablemente no lo vale.

Recuerda que en AHF Chile hacemos pruebas gratuitas de VIH y otras ITS, para que conozcas tu condición de salud y tomes las mejores decisiones al respecto. Solo acércate a nuestras oficinas o escríbenos por WhatsApp y haz una cita ya.