¡Me enamoré de alguien con VIH! Esto fue lo que pasó

Picture of Sheila
Sheila

Nunca me enamoré de forma fácil, pero bastaron un par de citas con Nico para que todo cambiara. Tenía esa mezcla perfecta de humor sarcástico, mirada tierna y una forma de escuchar que me desarmaba. Nos conocimos en una fiesta, hablamos de cine, música, viajes que haríamos si fuéramos millonarios. Cuando menos me di cuenta, ya lo estaba esperando con mariposas en el estómago para cada salida.

Todo estaba sucediendo como en las películas, hasta que una noche, mientras cenábamos en su departamento, Nico me miró muy serio y me dijo: “Hay algo que necesito contarte… Yo… Vivo con VIH”. Mi mente se congeló. No sabía qué significaba exactamente eso para nosotros. ¿Podíamos seguir saliendo? ¿Era peligroso? ¿Qué tenía que hacer yo?

Aprendí y comprendí

Le dije que necesitaba tiempo para pensar. No fue un portazo ni un adiós, pero sentí que me alejaba. Pasé los días siguientes buscando respuestas en Google, viendo videos en YouTube, incluso pregunté a un amigo que trabaja en una ONG. Lo que descubrí me derrumbó todos los prejuicios que ni siquiera sabía que tenía.

Aprendí que si una persona con VIH está en tratamiento y su carga viral es indetectable, no puede transmitir el virus. Indetectable=Intransmisible, así de claro. Que tener VIH hoy no es una maldición, sino una condición de salud que se puede manejar, como la diabetes o la hipertensión. Y que muchas parejas, incluso conformadas por una persona con VIH y la otra sin él, viven relaciones sanas, felices y sin miedo.

Me sentí un poco culpable por haberme alejado. Pensé en Nico, en lo valiente que había sido al contarme, en lo difícil que debe haber sido abrirse con esa sinceridad sin saber si yo iba a salir corriendo. Y entonces entendí que el miedo que yo había sentido era mucho menor al que él probablemente había cargado desde que conoció su diagnóstico.

Me enamoré y estoy feliz

Nos vimos de nuevo. Le dije que había estado leyendo, que entendía mejor las cosas ahora, y que si él todavía estaba dispuesto, yo quería que siguiéramos avanzando juntos. Nico sonrió y por primera vez lo vi realmente relajado. Me contó más sobre su tratamiento, cómo toma una pastilla al día, cómo se hace chequeos médicos regulares y cómo vive con la certeza de que puede amar sin miedo.

Desde entonces, todo cambió y nada cambió. Seguimos yendo al cine, cocinando postres suculentos en su cocina, peleando por la serie que vamos a ver y compartiendo playlists cursis. Lo único distinto es que ahora entiendo más. No solo sobre el VIH, sino sobre el amor: me enamoré, y eso implica aceptar al otro con todo lo que es, y también con lo que ha vivido.

A veces, otras personas me preguntan si no tengo miedo. Yo respondo con una sonrisa: miedo tenía antes, cuando no sabía. Hoy tengo información, confianza y una relación que crece con respeto y honestidad. No hay espacio para el miedo cuando hay amor bien cuidado.

Si tú también te estás enamorando de alguien con VIH, no huyas. Infórmate, habla, escucha. Y si quieres saber más acerca de esta condición de salud, en AHF Chile podemos orientarte. Además, realizamos pruebas de VIH sin costo y tenemos condones gratis para ti. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y conoce todos nuestros servicios.