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Estas son las fantasías sexuales más populares

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Sheila

Tener fantasías sexuales es algo completamente normal. Pensar en sexo al grado de lograr excitación, placer o hasta el orgasmo forma parte del ejercicio de la sexualidad de cada persona, y puede nutrir su actividad sexual cuando la realiza con alguna pareja.

El soñar despiertos con el sexo nos brinda infinitas posibilidades. Podemos imaginar todo tipo de escenarios, sensaciones y personajes, e incluso podemos imaginarnos de manera ligera o drásticamente distinta a como somos en la realidad. Sin embargo, por alguna razón parece que muchas personas suelen inclinarse por fantasías parecidas, que pueden englobarse en categorías bastante generales.

Comprendiendo las fantasías sexuales

De acuerdo con La mente es maravillosa, un sitio web dedicado a la salud mental, hay elementos para creer que las fantasías sexuales son universales, es decir, que la mayoría de los seres humanos las tienen en mayor o menor medida. Así, son experimentadas por todo tipo de personas sin importar su género, su edad o su orientación sexual, y presentan variaciones función de factores como la religión, la cultura y otros elementos.

Como definición, una fantasía sexual es una imagen mental que evoca una idea erótica (o tal vez, un objeto concreto) y es capaz de generar o intensificar el deseo sexual. Las fantasías sexuales pueden originarse en la imaginación o en recuerdos, ser desencadenadas por un estímulo externo o aparecer de manera espontánea.

Cabe agregar que una fantasía no es, necesariamente, un propósito. Alguien puede fantasear con tener relaciones sexuales de determinada manera, con cierta persona o en cierto contexto, y esa idea puede traerle mucha excitación, pero esto no significa que se haya propuesto llevarla a cabo. Esto quiere decir que las fantasías pueden o no hacerse realidad, pero su atractivo radica en ese matiz de “inalcanzables” que suelen tener.

Dicho lo anterior, hagamos un recuento de las fantasías más populares, ¿con cuál de ellas te identificas?

Cómo, cuándo y con quién fantaseamos

Caras vemos, fantasías sexuales no sabemos. No está de más decir que las fantasías no tienen una relación directa con el comportamiento de una persona en su vida cotidiana. Son una parte natural y saludable de la sexualidad y no hay nada negativo en ellas, siempre y cuando no interfieran con la vida cotidiana de la persona (ni afecten a otras).

Así, se pueden identificar fantasías muy comunes, como tener relaciones sexuales con una expareja. ¿Quién no ha tenido en su vida una persona con quien la relación amorosa no funcionó, pero el sexo era excepcionalmente bueno? Este es un ejemplo de fantasía originada en un recuerdo.

Por otro lado, está la idea de recrear una escena erótica o de plano pornográfica, ya que este tipo de contenidos puede despertar la curiosidad por probar cosas nuevas. En muchos casos, esto incluye asumir papeles o personajes distintos para llevar a cabo esta escenificación.

Una fantasía más que no es de sorprender es tener sexo con una celebridad. Retomando el matiz de “lo inalcanzable”, poder estar con actores o actrices, cantantes, deportistas o cualquier integrante de la farándula es un motor para la imaginación de miles de personas cada día.

Fantasías sexuales sobre lo prohibido

Hay otras fantasías que pueden rondar la cabeza de una persona sin que planee llevarlas a cabo. Por ejemplo, tener un encuentro sexual con alguien desconocido. La idea de tener sexo casual con alguien aleatorio y sin mucho “trámite” de por medio despierta interés, excitación y atracción en muchas personas. Basta recordar que es un tema recurrente en relatos eróticos, películas y novelas.

El sexo con personas prohibidas también es un incentivo para la imaginación de algunos. Idealizar a un compañero o compañera de trabajo es un clásico, lo que lo convierte en una de las fantasías sexuales más comunes. Esta fantasía puede involucrar a un colega de igual rango o a un superior, y el intercambio sexual muchas veces quedará sólo en la ensoñación, donde resulta seguro y satisfactorio.

Otro comportamiento prohibido, o al menos, castigado por las leyes, es el sexo en público. Por ejemplo, las relaciones sexuales en un callejón oscuro, en la playa o en un automóvil, con la posibilidad de ser descubiertos, puede ser un aliciente en la libido de algunas personas.

Una posibilidad que, más que prohibida, estaría un poco fuera de lo común, es la fantasía del sexo en grupo. Desde un trío hasta una fiesta sexual con varios integrantes, esta idea es muy popular y, a veces, es de las fantasías que la gente sí busca llevar a cabo.

Objetos que aumentan el deseo

También existen fantasías que tienen que ver con las llamadas parafilias, es decir, aquellas formas de excitación sexual que son detonadas por un objeto o una situación específica. Un ejemplo de ello son los uniformes. Ya sea que la fantasía se desarrolle con alguien que realmente viste uniforme en su profesión (policía, militar, médico) o que se busque usar este tipo de vestimenta para tener un juego de rol.

Una parafilia que también se refleja en las fantasías sexuales es el voyeurismo, es decir, el gusto por observar a otras personas mientras tienen relaciones sexuales. La sensación de espiar, de “husmear” en la intimidad de otros, suele ser muy popular. La ventaja de esto sea una fantasía es que no se afecta directamente la privacidad de ninguna persona.

Otro escenario de fantasía es la privación de los sentidos, generalmente la vista, o de la movilidad. Las ataduras, el vendaje de ojos o hasta el uso de esposas pueden crear una sensación de vulnerabilidad/dominación que resulta excitante para muchas personas.

Abraza tus fantasías sexuales y vive con placer

Sea cual sea la idea que ronda por tu mente cada día, las fantasías sexuales son parte integral de la sexualidad. Te permiten vivir, dentro de la imaginación, situaciones que pueden o no volverse realidad, pero que con el simple hecho de existir te brindan placer y satisfacción.

Si estás buscando llevar a la práctica alguna de ellas, platícalo con tu pareja y lleguen a acuerdos claros sobre cómo la realizarán, ya que el consentimiento es fundamental para tener un encuentro sexual placentero y seguro para todos.

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