¿Has oído hablar del “efecto Netflix” en la conversación sobre sexualidad? Se ha visto que las plataformas de streaming han transformado la forma en que consumimos entretenimiento, pero también la manera en que hablamos sobre el sexo. A diferencia de la televisión tradicional, donde la censura y los estereotipos limitaban la conversación, las series de streaming han abierto espacios para una representación más diversa de la sexualidad.
Además, el acceso amplio a este tipo de contenidos también ha facilitado que los temas se pongan sobre la mesa, aprovechando la fama que tiene esta forma de entretenimiento.
La representación importa
Uno de los principales cambios es la representación de la diversidad sexual. Series como Sex Education han sido clave en este proceso al abordar con franqueza temas como la orientación sexual, la identidad de género y la educación sexual integral. A través de personajes diversos y tramas interesantes, la serie informa y a la vez contribuye a desmitificar conceptos erróneos sobre el sexo.
Otro aspecto importante es la desestigmatización de la salud sexual. Muchas series han ayudado a normalizar el uso del condón, las pruebas de VIH y la importancia del consentimiento sin caer en discursos moralistas. Varias series han retratado el impacto del VIH en la comunidad LGBTQ+ desde una perspectiva empática y realista, y sus tramas han permitido que las audiencias jóvenes cgonozcan y conecten con historias de lucha y resiliencia que, de otra manera, quizás no conocerían.
Lo invisible se hace visible
El “efecto Netflix” también ha redefinido la forma en que se representa el placer femenino. Históricamente, las series y películas han privilegiado la perspectiva masculina en las escenas de sexo, ignorando el deseo y la experiencia de las mujeres. Sin embargo, producciones recientes han cambiado esta dinámica. Los personajes femeninos exploran su sexualidad con mayor libertad y sin ser castigadas por ello. Este tipo de representación no solo enriquece las historias, sino que también ayuda a cambiar las percepciones culturales sobre el placer y la autonomía de las mujeres.
Además, el streaming ha permitido abordar temas como la asexualidad, las relaciones abiertas y la sexualidad en personas con discapacidad, temas que muy rara vez se veían en la televisión convencional. Debido a su modelo de negocio, las plataformas de streaming no dependen de audiencias masivas para sobrevivir y pueden permitirse explorar narrativas que desafían lo establecido sin temor a perder patrocinadores. Esto resulta en que cada vez más personas encuentran en las series un reflejo de su propia experiencia sexual.
“Efecto Netflix”: vacíos y pendientes
No todo lo surgido del streaming es positivo. A pesar de los avances, las series a demanda también pueden contribuir a perpetuar mitos sobre el sexo, como la idea de que el placer siempre es inmediato o que el consentimiento se da por hecho sin necesidad de verbalizarlo. Por ello, es importante consumir estos contenidos con una mirada crítica y complementarlos con información basada en evidencia científica.
Lo que sí han conseguido las series es generar curiosidad y abrir conversaciones sobre sexo en un tono accesible y entretenido. En un mundo donde la falta de información sigue siendo un problema, el “efecto Netflix” puede ser una herramienta para impulsar el conocimiento sobre salud sexual y romper con prejuicios que persisten en la sociedad.
Si bien las series no reemplazan una educación sexual integral, sí pueden ser una puerta de entrada para que más personas se cuestionen lo que saben sobre el sexo, busquen información confiable y, sobre todo, hablen del tema con menos miedo y más libertad.
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