Las apps de citas se han vuelto una herramienta común para encontrar parejas ocasionales o para buscar una relación estable. Ya que cada vez más gente participa en ellas, están tomando cada vez más importancia en las campañas de salud sexual, principalmente las que impulsan las organizaciones civiles.
Como explica el sitio The Conversation, durante la pandemia de COVID-19 las apps de citas fueron más usadas que nunca. Millones de personas usan aplicaciones como Tinder, Match o Grindr en todo el mundo. Una encuesta reciente de la agencia Pew en Estados Unidos mostró que más de la mitad de las personas menores de 30 años habían usado apps de citas.
Se puede acceder muy fácilmente a estas aplicaciones desde los teléfonos inteligentes, lo que permite a quien las usa encontrar a otras personas según intereses compartidos, preferencias o ubicación.
El papel de las apps de citas en la prevención
En 2023, la revista Harvard Public Health sugirió que las apps de citas “podrían convertirse en un componente clave” en la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS), y esto ya se ha puesto en práctica. Por ejemplo, Grindr, una aplicación popular entre hombres que tienen sexo con hombres, ha colaborado con organizaciones civiles en Irlanda y en Londres para que los usuarios tengan la opción de pedir kits de pruebas de VIH a través de la aplicación.
Un estudio reciente concluyó que las aplicaciones tienen múltiples beneficios para la salud pública, incluida la posibilidad de dirigirse a grupos específicos de forma eficaz. Un ejemplo de esto se dio durante el reciente brote de mpox, donde Grindr proporcionó información sobre el virus y su vacuna a los usuarios.
Empresas con fines de lucro
Sin embargo, no hay que olvidar que las apps de citas son generadoras de beneficios para las empresas y operan de forma muy diferente a los contextos médicos o de salud. Una de las principales preocupaciones es la privacidad, ya que las aplicaciones recopilan grandes cantidades de datos personales. Personas expertas en ciberseguridad han argumentado que las aplicaciones son un “campo minado de seguridad y privacidad”. Esto se debe, en parte, a que el objetivo principal de las apps es “generar, capturar y controlar los datos de los usuarios” con fines de lucro.
Así, también hay muchos ejemplos de mal manejo de los datos por parte de las apps. Por ejemplo, Grindr ha sido multado por compartir datos sensibles de los usuarios con terceros, incluido el estatus de VIH. Este mal uso de los datos puede tener consecuencias graves, como la revelación de la orientación sexual de las personas en entornos inseguros.
Espacios de discriminación
Las apps de citas también pueden reproducir los prejuicios y la discriminación que son comunes en la sociedad en general. Las investigaciones han mostrado que muchos usuarios, especialmente aquellos que provienen de grupos sistemáticamente vulnerados, experimentan acoso basado en el racismo, por ejemplo, en estas plataformas. Un estudio de 2019, realizado en hombres de la diversidad sexual y en entornos rurales de Estados Unidos, encontró que las citas en línea con frecuencia llevaban a “engaños, intimidación o discriminación, y acoso o coerción”.
Algunas aplicaciones, como Grindr, han eliminado la opción de que los usuarios filtren sus búsquedas según el origen étnico, pero otras aplicaciones están diseñadas con características que permiten, si no es que llegan a fomentar, la discriminación.
Las experiencias discriminatorias afectan la confianza de los usuarios en las apps de citas, haciendo que los grupos que viven en marginación sean más reacios a usarlas. Esto también significa que dichos grupos pueden tener menos probabilidades de acceder a información y ayuda de salud pública a través de apps de citas.
Políticas arbitrarias de las apps de citas
Algunas de las apps de citas tienen políticas de operación opacas. Por ejemplo, Grindr y Tinder pueden terminar la cuenta de cualquier usuario, por cualquier razón y sin previo aviso. Algunas organizaciones de salud pública que habían estado usando aplicaciones para difundir información han visto bloqueados sus perfiles en algunas aplicaciones.
Por esto, especialistas consideran que las futuras colaboraciones con aplicaciones deberían priorizar el beneficio de los usuarios sobre los de las empresas de aplicaciones, desarrollar políticas de datos transparentes que eviten que los datos de los usuarios se compartan con fines de lucro, garantizar el compromiso de las aplicaciones con la lucha contra la discriminación y el acoso, y proporcionar enlaces a servicios de salud más allá de las aplicaciones.
Las apps de citas tienen el potencial de ser aliados importantes en la salud pública, especialmente para llegar a poblaciones que en general han sido ignoradas. Sin embargo, su uso debe ser gestionado cuidadosamente para evitar comprometer la privacidad, la seguridad y la marginalización de los usuarios.
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